MOBILE VIEW  | 
Document View > DIABETES AND YOUR SKIN

DIABETES AND YOUR SKIN

La diabetes y su piel

LO QUE NECESITA SABER:

¿Qué debo saber sobre mi piel si tengo diabetes? La diabetes puede afectar cualquier parte de su cuerpo, incluyendo su piel. Cuando la diabetes no está bajo control, los vasos sanguíneos y los nervios pueden dañarse. Si se dañan los vasos sanguíneos, es posible que la sangre no circule bien a los tejidos y los órganos. Cuando la sangre no circula bien a la piel, pueden formarse llagas que no se curan con facilidad. Las llagas que se forman en la piel también se conocen como úlceras. Las personas diabéticas tienden asimismo a tener más infecciones bacteriales que los demás. Si el nivel de azúcar en la sangre está bajo control, es posible prevenir la mayor parte de las condiciones de la piel. Las llagas de la piel pueden tardar en sanar o pueden poner en peligro su vida o sus extremidades si no recibe tratamiento de forma oportuna.

¿Qué cambios comunes en la piel puedo observar? Es normal que la piel cambie cuando la persona tiene diabetes.Por lo general no hace falta recibir tratamiento para los siguientes cambios:

  • La piel de su cuello, ingle, rostro o axilas se pone más gruesa y oscura, pero permanece suave.

  • Usted tiene pólipos o excrecencias cutáneas en los párpados, el cuello o las axilas.

  • Las palmas de sus manos, la planta de sus pies y sus uñas se ponen de color amarillento.

  • Usted tiene parches oscuros en las espinillas de sus piernas.

  • Usted tiene el rostro y el cuello de color rojo en forma constante.

  • Engrosamiento de la piel al dorso de sus manos o la parte superior de sus pies.

¿Cómo puedo evitar la formación de llagas en mi piel?

  • Mantenga el azúcar en su sangre dentro del nivel recomendado. Su médico le indicará cuál debe ser su nivel de azúcar en la sangre. Usted corre mayor riesgo de contraer infecciones en la piel y que sus heridas no sanen si el nivel de azúcar en su sangre es alto.

  • Mantenga su piel limpia. No tome baños ni duchas de agua caliente. Su piel podría resecarse. No tome baños de espuma si tiene la piel seca. Use un jabón humectante y póngase crema en la piel después del baño o la ducha. No se ponga crema humectante entre los dedos de los pies.

  • Evite que su piel se reseque demasiado, especialmente cuando hace frío y en climas secos. La piel seca puede abrirse y dar lugar a una infección cuando usted se rasca para aliviar la comezón. Báñese con menor frecuencia cuando haga frío y póngase una crema humectante. Use un humidificador de ambiente en su hogar.

  • Mantenga secas las áreas donde roza piel con piel. Use polvo talco en las partes de su cuerpo como las axilas o la ingle. También podría necesitarlo debajo de los senos y entre los dedos de los pies. Usted podría contraer una infección fúngica en estas partes de su cuerpo si permanecen húmedas.

  • Compruebe a diario si tiene llagas o heridas en sus pies. Pida a otra persona que se fije en las partes de sus pies que usted no puede ver, o use un espejo.

  • Evite que se formen llagas en los pies. Use zapatos que le calcen bien. Compruebe que no haya ningún objeto dentro de sus zapatos antes de ponérselos. No camine afuera descalzo. Póngase pantuflas o calcetines para caminar adentro de su casa. No sumerja sus pies en agua muy caliente. No se acueste a dormir con almohadillas térmicas sobre las piernas o los pies. Cúbrase los pies cuando haga frío.

  • Trate las heridas de inmediato. Lave las heridas pequeñas con agua y jabón. Cúbralas con una gasa esterilizada.

¿Cuándo debo comunicarme con mi médico?

  • Usted sufre una quemadura o herida grave.

  • Usted tiene la piel enrojecida alrededor de una llaga, la llaga le duele o está caliente al tacto.

  • Su llaga no mejora o parece empeorar.

  • Usted tiene fiebre.

  • Su nivel de azúcar en la sangre continúa siendo más alto que lo recomendado.

ACUERDOS SOBRE SU CUIDADO:

Usted tiene el derecho de ayudar a planear su cuidado. Aprenda todo lo que pueda sobre su condición y como darle tratamiento. Discuta sus opciones de tratamiento con sus médicos para decidir el cuidado que usted desea recibir. Usted siempre tiene el derecho de rechazar el tratamiento.